El fresco abrazo de un Cold Brew

{El dulce encanto de la infusión fría}

Si todavía no han llegado a tu vida estos refrescantes abrazos, por estas latitudes todavía queda verano para sucumbir a este café seductor, dulce y sabro♥si♥to.

La receta es la mar de sencilla (no confundir con el cold drip):

  1. – Mejor un café tostado medio y molido grueso (como para la francesa). Los africanos con sus notas florales, frutales y cítricas son ideales.
  2. – Agua a temperatura ambiente en una proporción de 10g agua por 1g de café. No os cortéis infusionando este café en cantidades gazpacheras, por ejemplo 1 kilo de agua con sus 100 gramos de café es una idea genial.
  3. – Removemos para asegurar que se ha humedecido todito todo el café molido. Y a la nevera.
  4. – Dejamos macerar entre 8-20 horas. «¡Vaya diferencia!» Sí, el tiempo depende de las características del café y del tostado, del grosor de la molienda y de la dureza del agua. Hacer pruebas es la mejor manera de descubrir con cuántas horas, en tus circunstancias, tu café sabe más sabrosón evitando que llegue a amargar. Por ejemplo la primera vez es mejor hacer 3 tarros pequeños con diferentes tiempos.
  5. – Remover ligeramente y filtrar, mejor con tela. Y a la neverita tan contento y listo durante días.

¿Cómo se disfruta este café frío?

La intensidad de la infusión es alta para poder disfrutarlo con hielo. Recordar que la leche y los cafés de carácter cítrico o floral funcionan reguleros.

Tener Cold Brew en la nevera es un as salvavidas aguardando impecable durante días.

Se puede calentar sin llegar a hervir (bien lo explica el saber popular: «café hervido, café jod***»).

Pruébalo con hielo, tónica y perfumado con piel de limón para convertir una tarde de suplicio bochornoso en un sueño de verano para recordar. Es un regalo congelado en cubitos para batidos o cócteles. ¡Lánzate a internet a pescar más recetillas con Cold Brew!, es un café tranquilón y te espera paciente.

Y recordar cómplices de la mundanal playa cafetera: no es lo mismo un rico café frío que un café que se ha quedado frío, muchas veces ácido y triste.